martes, 10 de septiembre de 2013

Mañanas mortales

Este es un post que tengo escrito hace tiempo y no quería dejar de publicar.

Hoy puede ser un mal día. Igual que puede ser un buen día.

Últimamente los ataques a las mujeres se suceden sin ton ni son como una especie de estupidez de muchos hombres por pagar su malestar con alguien. Que se podían dar autoplacer y dejar de fastidiar? No me cabe la menor duda.

A la gente se le va el pancho, queridas

Pero a esos hombres les cuesta entender la mentalidad compleja de una mujer, o eso creen, y cuando una mujer intenta explicársela no la entienden porque:

Debe ser que a ellos lo de que una mujer les explique algo debe ser una pérdida de tiempo como para mi ver Sálvame, así que no las toman en serio.

Deben pensar que una mujer que comparte sus emociones, trata de liarlos o engañarlos.

Deben pensar que escuchar a una mujer es como hablar con un mono, no tiene sentido tratar con un ser inferior.

Sólo por comentar. Hay un señor, no voy a cuestionar desde que punto sociocultural lo hace, porque cada uno es muy libre de tener el punto sociocultural que le dé la gana, que dice que las mujeres no deben perfumarse ni maquillarse porque van buscando guerra.

Es que me agotáis, de verdad


Sólo quiero compartir mi punto de vista de guarrilla perfumada con él, ya que él me dedica unas palabras, quiero que me dé capacidad de réplica.

Como comparto con usted, hay días que no paso buena noche. Ser mujer supone estar sometida a una cantidad de hormonas alucinante que usted, en esta vida, no va a saber. Por muy intenso que sea un dolor testicular, no se parecerá ni por asomo a lo que muchas mujeres tienen que sufrir en la vida. Pero esto no lo digo para que nos mire con pena, sino para que entienda a donde voy. Las hormonas cambian el olor de las personas y hay que retirarlas porque el sudor puede ser muy fuerte.

Entiendo que en algunas culturas, el lavarse se restringe a un acto realizado tras el encuentro sexual, pero entiéndame usted una cosa: Yo mujer, que a veces se levanta hecha un asco, por las razones que le trato de explicar, me levanto y no me ducho, y no pido guerra, pido no oler mal y no crearme una terrible infección en los bajos de Argüelles. 

Yo lo de no lavarse, es que no lo computo, oyes


Obviamente, por tanta hormona, mi sudor, que ahora con el calor es fácil sudar, es más intenso, así que me lavo con jabones que huelen bien, cremas lo más neutras posibles y me perfumo con colonias agradables, no porque tenga ningún interés en que me coman la boca, créame, lo que menos me apetece en ciertos días con el dolor de tripa es tener a un hombre demandando sexo de mi. ¿Sabe lo que me apetece? Me apetece sentirme bien, y me apetece oler bonito, y que ese olor me haga sentir cómoda y positiva, como es el olor de las flores, que son criaturas del Señor.  Y me apetece maquillarme un poco para taparme la ojera, para no verme cara de muerta, porque me apetece tras la noche tan molesta que he pasado, tener un día agradable, fácil y bonito.

No me apetece que me soben, no me apetece que me griten piropos, no me apetece que sugieran que merezco que me pongan mirando a Cuenca cuando solo busco una pequeña burbuja de comodidad y bienestar. Las mujeres no tenemos, lo crea usted o no, en mente, continuamente, el hacer pecar al hombre.

Pero a ti te parece que me apetece tema en este momento de mi vida?

Oler a muerte sanguinolenta obviamente me ayudaría a evitar cualquier piropo, pero no creo que me soportase ni yo.

Sintíendolo mucho, entiendo que si una mujer tiene que ponerse una sábana encima para que el hombre no peque, el pecado está en la mente del hombre, no en el cuerpo de la mujer.

Las mujeres no hacemos todo lo que hacemos por buscar la aprobación y atención sexual masculina, a las mujeres nos gustan, como me imagino que le gustarán a usted, los olores agradables y los colores brillantes y bonitos, porque si están a nuestro alrededor, según su grupo sociocultural, es porque un Dios los ha creado. Yo no trato de ofender con mi conducta a ese Dios, yo trato de disfrutar de lo que nos ha dado. Si nos ha dado flores que huelen bien, ¿Por qué no puedo yo oler como ellas cuando me siento mal para regocijar mi espíritu? Si hay colores bonitos creados para disfrute de todos los seres de la creación ¿Por qué no puedo portarlos para hacer gloria de ese Dios que los creó?
Porque todo lo que hacemos las mujeres siempre, hasta que se demuestre lo contrario, está mal según ustedes? Porque no son adultos maduros y dejan de echarle la culpa a las mujeres de los actos que sus penes cometen deliberadamente sin pedir permiso a su razón?

Porque créame, yo he leído la Biblia y su libro sagrado y Alá no pone en ningún lado “hombre, podrás hacer lo que te salga de las narices, que siempre podrás echarle la culpa a una mujer que pagará por los platos rotos”.

Espera... qué?!

Por lo que no entiendo cómo tiene usted el valor de fastidiarme en un mi burbuja de tranquilidad perfumil en la que no quiero que entre nadie, ni hombre ni mujer, para decirme que soy una mujer de moral distraída. A mí me parece que el distraído es usted.

En esta sociedad se perfuma a los niños tras lavarlos, se perfuman las abuelas, se perfuman los jóvenes y se perfuma hasta el Papa fijo, porque el buen olor es síntoma de limpieza física, de cuidado y de búsqueda de bienestar. Quizá a lo mejor, si atendiésemos por la limpieza de nuestras almas nos iría mejor, debe usted pensar. Es posible pero fíjese que sigo pensando que tanta gente pensando en contra de no perfumarse no debe estar equivocada.

Sí, a veces está presente en las relaciones interpersonales, pero oiga, no siempre, la mayor parte del tiempo, no lo está.

Lo que quiero decir es que no concurra usted en tres fallos básicos: uno, generalizar en un comportamiento y dos, juzgar a una sociedad con los ojos de la suya (es sociológicamente desfasado) y tres juzgar a una mujer. Si no se molesta usted en conocerlas, no haga como que se preocupa por ellas. Uno no puede preocuparse por lo que menosprecia, no me venda la moto.

5 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Yo añadiría otro factor, que es el derecho a perfumarme, aunque me levante oliendo a chanel por las mañanas: ¿es que no puedo hacerlo porque simplemente me apetezca?¿Porque me guste?¿ Porque me sienta yo bien?
Bah...este tipo de discursos (los del señor éste) son tan absurdos que caen por su propio peso.
Un besazo!

Beatriz MissPotingues dijo...

Lo que pasa es que hay gente con las ideas tan podridas que, al no poder las perfumar y tener que aguantar su propia peste, no soportan que los demás no las compartan.

Que se opere del carácter!

burbujitabebe dijo...

Uffff a mi un cliente me ha dicho que las mujeres a partir de los 14 años vamos pidiendo guerra, y no he podido contenerme y le he dicho que el problema es suyo, cuando no puedes ni ponerte un vestido por encima de la rodilla sin que alguien te diga una obscenidad....
Que asco de mundo!
www.eldiariodeshyris.blogspot.com

Adaldrida dijo...

Hasta Santo Tomás de aquino (uno de mis santos favoritos), hablaba de un baño como remedio de la tristeza, junto a la amistad, la filosofía y la contemplación de la belleza. Y dejó escrito que maquillarse no era pecado ni mucho menos. Edad Media señores.

Angie dijo...

¡Cierto! El Homo Erectus éste es concejal de un partido político en Ceuta. Lo ví en Telahinco éste verano...Decía que las mujeres llevaban el pañuelo en la cabeza era cojonudo, pero que no llevasen ni maquillaje, ni perfume ni pantalones tejanos ceñidos y que no se depilasen las cejas...vamos una vergüenza...

Aunque suene un poco racista..no me extraña viniendo de una tierra en la que mueren niñas pequeñas tras tener sexo con maridos que les triplican la edad...